segunda-feira, maio 02, 2011
Em Nova York...
La Aurora
Federico Garcia Lorca
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnos de cieno
y un huracan de palomas negras
que chapotean en aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque alli, no hay manana ni esperanza posible.
A veces, las monedas en enjambres furiosas
taladran y devoran ninos abandonados.
Los primeros que salen comprendan con sus huesos
que no habra paraiso o amores deshojados;
saben que van al cieno de numeros y leyes,
a los juegos sin arte, a los sudores sin frutos.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impudico reto de cienca sin raices.
Por los barrios hay gente que vacilan insomnes
Como recien salidas de un naufrago de sangre.
The New York dawn has
four columns of mud
and a hurricane of black doves
that wade in putrid water.
The New York dawn mourns
within its immense stairways
seeking among its edges
pinprick blossoms of fine drawn anguish.
The dawn comes, and no one can take it in
because there, there is no morning or possible hope.
At times, the monied in furious swarms
impale and devour abandoned children.
The first to go out understand deep in their bones
that there will be no paradise or loves shorn of history;
they know they go to the mud of numbers and laws,
to artless games, to fruitless sweat.
The light is entombed in chains and noise
within the impudent challenge of artless science.
In the neighborhoods, sleepless people falter
as if just delivered from a shipwreck of blood.
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Um comentário :
La aurora en Nueva York ha sido vengada: Garcia Lorca acertó.
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